Si conversamos con un joven hoy día en Venezuela entre los 11 y 18 años, quizás podemos darnos cuenta, en la inmediatez del coloquio, de un léxico bastante reducido, sin embargo, no faltará quien señale que tal limitación es bastante comprensible por la edad del interlocutor, pero no es sólo cuestión de números, la calidad conversacional es sin duda muy baja.
Los recursos en el lenguaje oral y escrito utilizado por los jóvenes, no sólo es inquietante, es una señal de alarma que deberíamos atender padres, madres, y claro está, por quienes ejercemos la docencia.
En redes sociales como facebook y twiter, por citar dos, dejan muy claro las limitaciones de nuestros muchachos para expresarse con fluidez, o por lo menos, de manera satisfactoria.
¿Es la escuela responsable de este fenómeno lingüístico? Lamentablemente nuestra educación se lleva una buena parte de responsabilidad. Las exigencias académicas no son las mismas, las políticas educativas exigen la promoción a "per se" del estudiante, no obstante, aun estamos a tiempo de revertir la situación ofreciendo al educando herramientas para el buen uso de su lenguaje: Disertaciones, conversatorios, talleres, son opciones que están al alcance del educando, sólo es cuestión de saber sacarles provecho.
el lenguaje del joven de hoy no es comparable con el lenguaje del joven de ayer, hay un problema evidente que debe atenderse
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