Para cualquier estudioso en el campo de la sociología, de la psicología, de la política, de la economía, y por su puesto, de la educación, resulta muy interesante analizar a Venezuela desde la perspectiva de Abraham Maslow a través de su famosa pirámide.
Ahora bien, a las cosas hay que llamarlas por su nombre como bien dicen las personas con toda una vida de experiencia. La realidad del país sobrepasa cualquier pronóstico por más pesimista que sea, cualquier análisis, aunque amplio, se queda corto, si de visiones prospectivas se trata, no hay ninguna que haya contemplado semejante desastre.
No es la primera vez que un país sufre de hiperinflación, sin embargo, pareciera que todo lo malo que le pudiera pasar a un país en varios siglos, milenios o eones le ha pasado a Venezuela. Todo lo que no se debe hacer en materia económica, se ha hecho, toda decisión política, cuando el sentido común daba gritos para que no se hiciese, se ha consumado, toda medida social excluyente que cualquiera suponía jamás se llevaría a cabo en el país, se ha concretado.
Las necesidades fisiológicas, base de la pirámide, están totalmente fracturadas en nuestra sociedad, la realidad es tan agobiante al respecto que hoy por hoy podemos hablar de crisis humanitaria y de hambruna en un nivel tan alto como nunca antes se había percibido en el continente americano.
Si de seguridad se trata la situación es realmente alarmante, el robo y el homicidio se han vuelto tan común que la vida del venezolano pende de un hilo, se haya en permanente zozobra, algo muy parecido al estado de sitio, pero impuesto por el hampa. Es tal el nivel de inseguridad que las estadísticas muestran registros en esas dos variables muy por encima de países que están en guerra civil permanente, como Siria y Uganda.
En cuanto a la familia, nuestra sociedad pudiera verse retratada en una sola palabra, una que pudiera encerrar en si misma todo el sufrimiento que se padece: Diáspora, no hay mucho que decir al respecto, el éxodo venezolano no tiene comparación con ningún evento catastrófico en la historia americana.
Los elementos superiores de la pirámide se refieren a la autoestima y la autorrealización, dos elementos que por ahora están suspendidos en Venezuela, una especie de veto, pero no por iniciativa propia, sino forzado por la realidad. Cada venezolano tiene como prioridad suprema intentar sobrevivir a una crisis.
Concluida la misma, cuando un proceso de transición se haga presente, seguramente la pirámide tomará una nueva forma en el país, aunque dado los hechos nos llevará tiempo sanar las heridas, eso sí, algunas de ellas ya han dejado una huella indeleble en los corazones.
Concluida la misma, cuando un proceso de transición se haga presente, seguramente la pirámide tomará una nueva forma en el país, aunque dado los hechos nos llevará tiempo sanar las heridas, eso sí, algunas de ellas ya han dejado una huella indeleble en los corazones.
toda sociedad necesita evolucionar, sin embargo, en Venezuela el retroceso parece una caída en libre desde el abismo...
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