Resulta muy difícil desde el punto de vista político, social e histórico poder medir el impacto que Bolívar tuvo en el continente pues más allá de sus logros y conquistas subyace una pregunta que obliga a cada venezolano a responder en la inmediatez de los tiempos tan convulsos que hoy vivimos, ¿Cómo honrar el legado de Bolívar? eso sí, que no sea con ofrendas florales cada cierto tiempo, por el contrario, cabe preguntarnos ¿Cómo honrar a alguien que dio tanto por su país? incluyendo su propia vida.
La respuesta pudiera ser tan
compleja como simple, Bolívar siempre se manejó bajos sus principios y
convicciones que le llevaron a la cúspide del éxito. Así pues, el venezolano de a pie, ese que
cada mañana se levanta muy de madrugada para cumplir con sus deberes, ese que
cuenta riguroso los 300 escalones día a día en el subir y bajar de la vida de
barrio, puede honrar la memoria del Padre de la Patria defendiendo también con
rigurosidad sus propios principios y valores.
Respetando los espacios
públicos, mostrando cortesía en ese trasporte desgastado que lleva consigo la
carga pesada de la tristeza de un pueblo que sufre demasiado y que en su
trajinar no encuentra ni respiro ni sosiego.
Al venezolano le corresponde
por derecho propio más que a ningún otro de nuestros hermanos del continente
honrar la memoria del Libertador. Eso no sólo debe hacerse en nuestras escuelas
cada cierto tiempo con actos culturales o lunes cívicos, que no están mal, pero
que no impactan ni trascienden, es en la cotidianidad de cada ser nacido en
esta tierra, en sus calles, en sus parques, en sus hogares que podemos honrar
su memoria. Ya son 237 años de su nacimiento, suficiente tiempo como para
preguntarnos si hemos estado a la altura de su memoria.
UN GRAN HOMBRE NACIDO EN UNA GRAN PATRIA
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