Nunca el
venezolano había sentido tanta incertidumbre como la vivida en los últimos años,
nunca antes en nuestra historia se había percibido tanto agobio, angustia y desesperación como en los últmos meses, jamás en nuestro país el silencio había sido tan ensordecedor y a la par, protagonista
en el preámbulo de un nuevo amanecer. Estamos en un punto de quiebre, al borde de la miseria, de la pobreza, del abandono, de la desesperanza, aun así, en el horizonte lejano, se percibe majestuoso e imponente los aires de la libertad.
Personas taciturnas,
silentes y dubitativas deambulan por nuestras calles, y no es cuestión de
dramatismos baratos y absurdos, creo que la realidad del país habla por si
sola. El mundo enfrenta situaciones dificiles en todos los sentidos, sin embargo, la sociedad
venezolana ni siquiera ha podido sanar viejas heridas infligidas de nuestro pasado reciente, aún así, debe lidiar con el dolor hoy, con las visicitudes de un pueblo que sufre en silencio y se aferra como nunca antes a la esperanza.
Como alguna
vez lo dijese el periodista argentino Tomas Bulat "cuando se nace
pobre estudiar es el mayor acto de rebeldía" y hacia allá debemos
dirigir nuestros pasos. Venezuela está sumida en una profunda pobreza pero no
sólo en lo económico o en lo social, también hay mucha pobreza en lo moral y en
lo ético, de allí que la educación tiene que convertirse en el motor propulsor
de una Venezuela diferente, Una Venezuela libre, una Venezuela Próspera.
Venezuela debe buscar en su esencia aquellos valores que nuestros ancestros nos inculcaronn y que nos dieron identidad, que nos permita volver a ser la voz de quien no es escuchado, a ser luz para quien viva en oscuridad, a levantar a quien esté caido. Sólo entocnes volveremos a ser libres.
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