Para estas épocas decembrinas resultaba muy común para el venezolano asociarla a la comida, rasgo distintivo de la navidad en nuestro país, comer y hacerlo en diversidad y abundancia. Sin embargo, resulta interesante, por decirlo menos, analizar a quienes llevados por esa fuerza casi mística de que "todo está bien", o la muy utilizada, "hay que ser positivos" se dedican a mostrar un rostro que no refleja la realidad, quizás motivados por un deseo e incluso una necesidad imperiosa de sentir que no está pasando nada malo.
Esto lo podemos comprobar claramente en redes sociales, tan utilizada por el venezolano, pues así somos, podemos ver como muchos amigos, vecinos o compañeros de trabajo, declaran ante el mundo web lo "maravilloso" de su navidad reseñando en fotografía, que es lo más usual, el logro familiar de hacer las hallacas, por citar un ejemplo muy propio de estos días. Algo así llama poderosamente la atención pues al expresarlo el ser humano pudiera enfrentar un choque muy fuerte entre su realidad y la verdad de un país que padece una hambruna como nunca antes se había visto y mire que hemos tenido épocas de enorme dificultad a lo largo de nuestra historia, pero ninguna como la que estamos padeciendo en la actualidad.
Sin pretender hacer las veces de psicólogo social, aunque el docente integral, como es mi caso, tenemos en el pensum de estudios un componente curricular bien completo que nos permite abordar en la praxis educativa diferentes campos del saber, aún así, sin entrar en profundidades, preocupa que el venezolano no procure detenerse un momento para reflexionar sobre lo que realmente está pasando en el país y el impacto que tiene en cada uno de quienes vivimos en esta gran nación.
No pretendo juzgar a quienes gusten de mostrar sus logros familiares en materia gastronómica ya sea en facebook, twiter o instagram, pero tampoco puedo dejar pasar la oportunidad para conocer un poco más el comportamiento humano, pues trato a diario a niños y jóvenes y cualquier aspecto que ayude a elevar la calidad educativa es bienvenido.
Será que hemos perdido en algún punto de esta crisis nuestra sensibilidad al prójimo, algo muy característico de nuestra sociedad, ayudar a los demás. Cuándo nos dejó de importar como sociedad lo que le suceda al otro, en que momento dejamos de tener, como país, empatía hacia al más vulnerable, antes, una minoría, hoy día una inmensa mayoría que agobiada en cada amanecer busca la manera de saciar el hambre.
Estoy seguro que en los corazones de cada uno de los venezolanos subyace esa fuerza avasallante de valores humanos como la generosidad, la prudencia o el respeto, pero da la impresión que en tiempos de crisis también pudiera salir lo peor del ser humano, y eso, más allá de la hambruna que hoy padecemos, es nuestra verdadera tragedia.
Comentarios
Publicar un comentario