Todos los venezolanos nos preguntamos, o al menos una mayoría significativa, si realmente los derechos humanos siguen siendo en nuestra sociedad una condición inherente a la raza humana, planteamos con algo de duda si estos siguen siendo inalienables e irrenunciables, aunque la pregunta parezca sólo retorica, el cuestionamiento es más que justificado.
El deterioro de nuestra sociedad es evidente, esto nos obliga a replantearnos muchas cosas en materia de derechos y sopesarlos cuanto sea posible sobre la base de nuestros valores y el ejercicio mismo de la vida. Una simple opinión puede representar hoy día un peligro inminente para muchos de los que vivimos en esta hermosa tierra de Bolívar. Cuando un Docente ejerce su profesión, eso sí, con mucha dignidad, pero en condiciones desfavorables, tiene la obligación moral de preguntarse a sí mismo si nuestros derechos fundamentales están presentes en nuestra cotidianidad.
Si pensar de una manera y decirlo en voz alta, clara y fuerte es un riesgo en Venezuela entonces ciertamente nuestros derechos o al menos aquellos que aprendimos con mucha convicción en la niñez no están presenten de la misma manera que en otras sociedades.
Los últimos años han sido por lejos los más difíciles de nuestra historia como país, sólo espero tener la fuerza física de ver con mis propios ojos, el amanecer de una Venezuela libre, pero no de palabra, sino de hecho, y que esa libertad inunde cada rincón de nuestra patria hasta alcanzar la plenitud de una voz que pueda ser escuchada sin la sombra del miedo a sus espaldas.
toda sociedad debe luchar para que se garanticen sus derechos más fundamentales
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