LA MÚSICA QUE TRANSFORMA LA VIDA DE LOS NIÑOS
La vida de un profesional de la docencia tiene muchos matices, de eso no cabe duda, es más, si le preguntásemos a cada uno de los maestros del mundo, seguramente dirán, a su manera, que en la praxis docente hay muchos sin sabores, decepciones e ingratitudes, sin embargo, por cada alegría vivida, por cada triunfo pedagógico obtenido, por cada satisfacción del deber cumplido, cualquier docente de vocación dirá con total convicción que ha valido la pena.
En algunas semanas asumiré quizás el reto más grande en mi vida profesional y quisiera de corazón estar a la altura de tal compromiso. Dentro de mi aula tendré a un ser maravilloso quien le ha correspondido recorrer su vida bajo las duras condiciones que impone el no poder caminar. Una condición neurológica le impide a hacer lo que todo niño: ¡correr!
Por ello debo valerme de las mejores herramientas en el campo pedagógico. Allí entra la música, mi gran aliada en el aula y fuera de ella. Hoy, una vez más, Dios pone en mi camino profesional una pieza musical hermosa, extraordinaria, perfecta en su letra y en su música, ideal para transformar las vidas de 21 estudiantes de primer grado de una escuelita de provincia.
Para mi es un desafío que trasciende el tiempo y el espacio el poder aportar un granito de arena en la formación de un ser humano, pero al tratarse de un niño, el desafío es aún mayor, es como si la vida misma pone en manos del docente su más grande y preciado tesoro, no para cuidarlo, sino para realzar su valor. La artista que interpreta la canción que hoy les presento en mi blogger, se llama Marta Gomez, a la distancia, desde una pequeña ciudad llamada Mérida en Venezuela, un simple maestro de a pie como yo, quiero darle un gracias ¡de colores!
Esta canción la he cantado cientos de veces con niños pequeños, el resultado siempre ha sido el mismo, desde la primera vez como la última: transforma, impacta, sacude, conmueve. Tiene un poder extraordinario en quien la escucha, aporta serenidad, sosiego, armonía, en resumen:¡paz! algo de gran valor en estos tiempos tan convulsos y tormentosos. Es capaz de sacar de tu alma una tristeza en cuestión de segundos. Lo dicho, la música transforma vidas.
Una canción hermosa, perfecta para el trabajo sugestopedico en los niños
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